Los impuestos municipales en Alella son elevados, pero la calidad de los servicios públicos no justifican esos cobros. Los contribuyentes deben tener derecho a recibir un nivel adecuado de servicios, como la limpieza de las calles y un alumbrado público eficiente, acorde con lo que pagan. Si los vecinos destinan una parte significativa de sus ingresos al pago de impuestos, es razonable esperar que los servicios básicos, como la limpieza y el alumbrado, sean óptimos. 

La falta de una limpieza urbana adecuada contribuye a un entorno sucio y poco atractivo, afectando tanto a la imagen del pueblo como a la salud de los residentes. Los impuestos no se destinan de manera eficiente y  genera una desconexión entre lo que se paga y lo que se recibe, reduciendo la calidad de vida.

Un alumbrado público deficiente también genera preocupación sobre la seguridad, en horarios nocturnos. La oscuridad y la falta de iluminación afectan a la seguridad ciudadana y al riesgo. Se debe cuestionar la administración municipal sobre el uso de esos fondos y exigir un ajuste de prioridades. Si los impuestos son altos pero la calidad de los servicios es baja, es necesario revisar la administración y las prioridades, que no están alineadas con las necesidades del municipio en servicios como la limpieza y el alumbrado público. 

A través de la participación en los consejos municipales, los vecinos pueden presionar para que se haga un reajuste de los impuestos, destinando mayores recursos a mejorar estos servicios básicos.  

En conclusión, los impuestos elevados deben estar relacionados con una mejora en la calidad de los servicios. Si los ciudadanos soportan tasas altas, deben recibir un retorno adecuado en servicios de calidad, especialmente la limpieza y el alumbrado público. Caso contrario deben exigir cambios en el uso de los recursos, con el objetivo de lograr un municipio más justo.